En Venecia, Gioanbattista Pedrezano, 1554.
In-4 de (12) ff. del cual uno en blanco, 137 ff., (1) f.bl., numerosas anotaciones manuscritas en márgenes, dos sellos de pertenencia en el título. Piel plena flexible de la e9poca, bisagras antiguamente reforzadas con papel cartón. Encuadernación de la e9poca.
207 x 150 mm.
Primera edición italiana y primer tiraje de este « libro muy raro, adornado con numerosas figuras en el texto » (Chadenat, 6056), fundamental para la historia de la navegación y de la cartografía. Adams M-1025; Palau 159679; Sabin 47346; Mortimer, Italian, 300; Borba de Moraes, II, p. 549. Falta en Leclerc que solo poseía el tiraje de 1555.
Concebido como un manual de instrucciones para los navegantes y exploradores del Nuevo Mundo « El Arte de Navegar » es el primer tratado que ofrece información fiable sobre la navegación cerca de las costas americanas. Estaba basado en la información proporcionada por los navegantes que utilizaban la ruta de las Indias. Pedro de Medina (1493-1576) ocupaba el puesto de bibliotecario para el Duque de Medina. Encargado de preparar la elaboración de cartas y resúmenes de navegación por el emperador Carlos V, fue nombrado « cosmógrafo de honor » en 1549.
Fue en Valladolid, donde se imprimió por primera vez, en 1545, que el traductor, Vincenzo Palentino, adquirió un ejemplar a petición del librero veneciano Pedrezano. Así, la edición italiana es muy cercana a la original española. El Arte de Navegar tuvo un éxito fulminante y fue rápidamente traducido al italiano, al francés y al alemán.
Los bibliógrafos son unánimes al destacar la importancia del tratado y la extrema rareza de todas las primeras ediciones.
« The first edition is very rare. When complete, and in good condition, it commands one of the highest prices for works on navigation. All of Medina’s editions are in fact rare”. Borba de Moraes.
Medina “estaba con Cortés y se podría decir que fue el fundador de la literatura de la náutica. Fue encargado por el Rey con el examen de pilotos y jefes de navegación para las Indias Occidentales, enseñaba la navegación, y fue muy apreciado como cosmógrafo” (Church 98).
La edición está ilustrada con numerosos diagramas y figuras en madera que indican a los navegantes la navegación según los vientos, según el sol, según la estrella del Norte, según la luna. Dos mapas adornan además la obra. « La p. 33 está ocupada por un curioso mapa en el que figuran las partes del Nuevo Mundo conocidas en esa época » (Chadenat). Este mapa del nuevo mundo (p. 33) es famoso ; ilustra las tierras recién descubiertas en América y representa con cierta exactitud el istmo de Panamá, las Montañas del Mississippi, Florida, el Golfo de San Lorenzo, Cuba, México, Perú, Brasil, Europa Occidental, África, … Un segundo mapa representa el mundo con los 5 continentes, insertado en la ronda de los vientos (p. 26).
Precioso ejemplar de gran pureza conservado en su primera encuadernación en vitela blanda de la época.