Pars hyemalis brevarii impressa 1533.
2 volúmenes en octavo. Impresión en rojo y negro en doble columna. Pleno marroquín oliva, placas adornadas en su centro con los instrumentos de la pasión, placas superiores llevando en letras de oro pleno el nombre del monasterio de Sainte Suzanne, placas inferiores llevando en su centro en letras de oro pleno el nombre del prior de las benedictinas de Sainte Suzanne, «Chastellain», encuadre de una amplia ruedecilla dorada de motivos a la fanfarria: hierros vaciados, punteados, florecillas y follaje dorado insertados en motivos geométricos vaciados, lomos lisos magníficamente adornados de decoraciones a la fanfarria con, en su centro, los instrumentos de la pasión, filete de oro en los cortes, cantos dorados, tres cierres. Encuadernaciones del siglo XVIe.
155 x 99 mm.
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Le Bréviaire romain – partie d’hiver – imprimé en 1533 en deux forts volumes in-8 somptueusement reliés dans la seconde partie du XVIe siècle pour le prieur des bénédictines de Sainte Suzanne, avec son nom « Chastellain » frappé en lettres d’or au centre du plat inférieur et illustré par Geoffroy Tory.
Imprimé sur deux colonnes en rouge et noir, il commence par le calendrier de l’année et est orné de belles gravures sur bois dans le texte et à pleine page, la première portant la Croix de Lorraine, signature de Geoffroy Tory (1480-1533), et la date 1533.
La lecture approfondie de la biographie de Geoffroy Tory par A. Bernard nous apprend que la signature d’une gravure de cette époque de la seule Croix de Lorraine signifie que Tory a dessiné et gravé la pièce où elle figure (Réf : Geoffroy Tory – Peintre et graveur par Auguste Bernard, Paris, 1865, p. 241).
« Geoffroy Tory est le plus anciennement connu de ces excellents artistes à qui la typographie dut sa première splendeur.
L’homme qui contribua le plus à la triple évolution dont je viens de parler est Geoffroy Tory, qui reçut en 1530, comme récompense de ses travaux, le titre d’Imprimeur du Roi, que François Ier aún no había concedido a nadie, a Tory se le debe la renovación del grabado en Francia.
El punto capital de mi trabajo es dar a conocer a Tory como uno de los grabadores más hábiles que hayamos tenido. Sin duda no podía olvidar en él al editor erudito de la Cosmografía del papa Pío II, del Itinerario de Antonino, etc.; el librero de gusto que publicó las Horas de 1525, 1527, etc.; el impresor elegante del Sagrado de la reina Leonor; el filólogo distinguido del Champfleury, al que se debe, como veremos, la invención de los signos ortográficos particulares de la lengua francesa, pero lo que en Tory me ha cautivado sobre todo, es su papel de grabador. Allí fue sin predecesor y sin émulo, porque aquellos a quienes podría querer dársele como tales no pudieron ser nada más que sus discípulos. Solo Jean Duvet tiene el derecho de rechazar esta calificación; pero, aunque fue contemporáneo de Tory, no fue su maestro, ya que éste se había ido a sumergirse en el arte en las mismas fuentes, en Italia, antes que Duvet produjera algo. En cuanto a Jean Cousin, a de Laulne, a du Cerceau, a Léonard Gauthier, etc., no vinieron hasta después de Tory. El honor de haber renovado el grabado en Francia pertenece solo a Tory, quien abarca dos siglos, el quince y el dieciséis. » A. Bernard.
Magnífico ejemplar del breviario de las benedictinas de Santa Susana ilustrado por Geoffroy Tory y conservado en sus notables y muy raras encuadernaciones a la fanfarria del siglo XVI en perfecto estado de conservación.
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