Se venden en París en el letrero Saint-Martin, Rue Saint-Jacques, por Vivant Gaultherot, 26 de agosto de 1549.
In-8 de (16)-168 ff. (mal numerados, 136-(24), hojas 48 y 127 rehechas antiguamente, pleno pergamino marfil con cobertura, restos de cierres, lomo liso. Encuadernación de la época.
166 x 115 mm.
« Segunda edición muy diferente de la primera aparecida veinte años después, muy rara y buscada, de esta genial obra, la obra maestra de G. Tory y uno de los libros más hermosos de todos los tiempos. Está adornada con la reproducción xilográfica de los diversos alfabetos, modelos de escrituras, letras florêdas, cifras entrelazadas y numerosas figuras en madera.» (Jacques Guérin). “El resultado de este trabajo fue una revolución inmediata y completa en la tipografía y ortografía francesa” (Bigmore-Wyman): “Se trata del intento de establecer una relación entre las letras y las proporciones del cuerpo humano” (LGB VII, 464f. con ilustraciones. De esta edición de 1549). “En muchas partes del continente las reflexiones del estilo de Tory florecieron durante generaciones. Fue el primer estilo internacional”. (Morison/Day, The Typographic Book 1450-1935. Londres 1963. P.38).” “La obra más famosa en la historia temprana de la tipografía francesa. Los tres libros del texto tratan sobre el idioma francés, el origen de las letras romanas y la construcción de las letras. Este volumen es, además, la obra principal sobre la que se basa la reputación de Tory como erudito renacentista, impresor y artista... Los cambios en el título y formato, con la portada sin ornamentos y la hoja de colofón, convierten a este en un volumen estrictamente utilitario en contraste con la impresión de 1529.” (Mortimer) «Le Champ Fleury no es solo un tratado dedicado a la tipografía o la estética del libro, es además un manifiesto... cuyo propósito es exaltar los méritos y la dignidad del idioma francés. Tory busca establecer una relación entre las letras y las proporciones del cuerpo humano» (En Français dans le Texte). Por la amplitud de sus curiosidades, por la variedad de sus aptitudes (librero, tipógrafo, artista y grabador, filólogo y traductor), Tory encarna bien el vigor innovador del espíritu humanista. Nacido en Bourges, procedente de una familia de labradores, emprende primero una carrera universitaria, explotando todos los recursos de una doble estancia en Italia, antes de dedicarse apasionadamente a la crêción del libro en todas sus formas. El proteo Protée, librero-editor «rue Saint-Jacques, en la enseña del Pot Cassé», es el primero en disertar sobre su arte «Le Champ Fleury no es solo un tratado dedicado a la tipografía o la estética del libro, es además un manifiesto, veinte años antes que el de Du Bellay, cuyo propósito es exaltar los méritos y la dignidad del idioma francés». Tory busca establecer una relación entre las letras y las proporciones del cuerpo humano (considerado como medida de todas las cosas). Los tratados de Pacioli y Alberti inspiraron este dogmatismo pintoresco. Más decisiva es su acción para dar el golpe de gracia a los viejos alfabetos góticos a favor del carácter romano. Para ello, dibuja alfabetos de una elegancia nunca superada. Dice, «escripre en françois como François nous sommes»; de ahí su preocupación por codificar la gramática. Reclama el uso del acento agudo, del apóstrofo, de la cedilla que su discípulo Garamond y Robert Estienne introducirán según sus deseos. Sus notas sobre la fonética de los dialectos (picardo, lionés, bierzo, parisino…) contribuyen a la historia del idioma y lo convierten en un pionero de la dialectología. « Si le Champ Fleury est un des plus célèbres livres de la Renaissance française, c’est qu’il en est l’archétype visuel, où le théoricien s’est appliqué à mettre en œuvre une conception architecturale nouvelle. En effet, l’ouvrage illustre avec éclat l’expression d’une ordonnance à la fois équilibrée et subtile, dégagée des influences gothiques et de la tradition manuscrite. Il est illustré d’une centaine de compositions gravées sur bois : diagrammes, lettres capitales, treize planches d’alphabets et de modèles de lettres entrelacées ou fantaisistes. Par leur charme et leur intérêt, les figures les plus remarquables sont l’Hercule gaulois, le Triomphe d’Apollon et des muses, et l’illustre marque « au Pot Cassé » placée dans un large encadrement Renaissance. Jên Perréal et Godefroy le Batave, peintres et enlumineurs attachés au roi François Ier, ont contribué, à l’illustration, qui ne peut plus être attribuée entièrement à Tory comme naguère. En revanche, on pourrait lui restituer l’impression même de l’ouvrage qui lui vaudra un peu plus tard le titre si envié d’ « Imprimeur du roi », que François Ier no había aún otorgado a nadie. En el antiguo francés, Champ Fleury designa el Paraíso. El admirable despabilador que es Geofroy Tory invita al lector a este Jardín de Placer de una verdor emergente donde pululan todo tipo de flores más preciosas y extrañas». (Ghislaine Quentin). «Es el primer libro didáctico escrito en lengua francesa. Geofroy Tory quiere sentar las bases de una nueva gramática francesa (propone el uso de apóstrofes, acentos y la cedilla) y crêr reglas fijas para la fabricación de los caracteres de imprenta. Es bajo la influencia de Champfleury que se abandonaron las letras góticas; recordemos que Garamond era un alumno de Geofroy Tory.» (Jacques Guérin). « L’apologie de la langue française, l’exhortation à son emploi de préférence au latin, y tiennent une grande place. Tory tentait de simplifier, voire d’établir, certaines règles de grammaire et de prononciation : son truculent avis Au lecteur, que Rabelais copiera en partie dans son Discours du bêu parleur limousin, traite, entre autres, de la prononciation des mots par les étrangers ou les provinciaux. L’ouvrage de Tory est antérieur de vingt ans à la Deffense et Illustration de la Langue françoyse de Du Bellay et précède de dix ans l’édit de Villers-Cotterêts de François Ier, que hacía obligatorio el uso del francés en los actos del Estado. Ejerce una atracción considerable y se impone como una obra original que refleja una viva preocupación artística. La cultura y el gusto de Tory han imprimido en las producciones relacionadas con su nombre la marca de un estilo personal y atractivo. Es junto a Tory, y beneficiándose quizás de su influencia, donde se formaron los más elegantes impresores de su tiempo, como los perfectos Janot, Augerêu, Pierre Vidoue y el notable Simon de Colines, a quien Tory se dirigirá, de hecho, en 1530 para imprimir su Aediloquium». (Pierre Bérès). Ejemplar no lavado, en encuadernación antigua, con la casi totalidad de sus letras marginales, lo cual es raro, habiendo Tory demostrado múltiples proezas tipográficas en los márgenes exteriores de su libro, a menudo afectados por el cuchillo del encuadernador. El registro de subastas públicas y catálogos permite afirmar que la edición de 1549 generalmente se vende a mitad de precio de la primera de 1529. Edición 1529: Venta Libri en 1859, 2 libras 18 sh; Edición 1549, 1 libra 8 sh; Edición 1529: Venta Solar 152 F. Or; Edición 1549; 81 F. Or; Edición 1529: Venta Potier 1870; 115 F. Or; Edición 1549: 52 F. Or, Edición 1529: Venta Le Roux de Lincy, 96 F. Or, Edición 1549, 62 F. Or El ejemplar Jacques Guérin de la edición 1529 en encuadernación de época frotada fue adjudicado en 106,000 € hace 41 años (Tajan, 29 de marzo de 1984, n° 97) y revendido en 145,000 € por Pierre Bérès hace 37 años (1988, n° 96). Hace 30 años, el ejemplar Schaefer, «rebacked and cracked» fue adjudicado en £ 78,000 (105,000 €). Depuis cette date, de nouvêux exemplaires sont apparus sur le marché ; le premier relié par Godillot, médiocre relieur du xxè siècle, adjugé 60 000 € il y a 29 ans ; le second, relié en vêu abîmé du xixè siglo, «rebacked», adjudicado en 100,000 € hace 28 años (Christie’s 25 de junio de 1997, lote 144). Ejemplar excepcionalmente grande de márgenes conservado, hecho rarísimo, en su hermoso pergamino marfil de la época (h: 166 mm). De las bibliotecas Bormet y Fillon.
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