[FREDERIC LE GRAND, ROI DE PRUSSE] uvres du Philosophe sans souci.

Precio : 6.500,00 

Edición en parte original de las Odas y Epístolas de Federico II de Prusia impresa en Potsdam en 1760.
Ejemplar único y suntuoso registrado impreso en papel fino de Holanda conservado en su encuadernación real de la época en marroquín limón con encaje de flores de lis con forros y guardas sembrados de estrellas y puntos dorados.

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Potsdam, s.n., 1760.

En-12 de viii páginas y 299 páginas. Plena piel de limón, triple filete dorado enmarcando las tapas, gran encaje de flor de lis adornando las tapas, lomo liso adornado, pieza de título en piel roja, filete de oro en los bordes, rodillo interior, forros y guardas de papel sembrado de estrellas y puntos dorados, hojas doradas sobre marmoleado. Encuadernación con decoraciones de flores de lis de la época.

160 x 88 mm.

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Edición en parte original de las Odas y Epístolas de Federico II, impresa en Potsdam en 1760.

El filósofo de Sans-souci se refiere al rey de Prusia Federico II el Grande: mandó construir el castillo de Sans-souci cerca de Potsdam a partir de 1745, tras la segunda guerra de Silesia. Murió en este lugar que apreciaba particularmente el 17 de agosto de 1786. El manuscrito de las obras contenidas en esta edición, anotado al margen por Voltaire, quien lo corrigió para su primera edición, se conserva allí.

Desde su ascenso al trono, Federico toma, según una fórmula de Pierre Gaxotte, «veinte edictos que harían desmayar a un filósofo»: abole la tortura, prohíbe los abusos en el ejército, aligera las penas previstas para aborto, flexibiliza la censura de la prensa y la imprenta, suprime la pena de muerte para los ladrones, elimina la obligación de dispensas eclesiásticas para los matrimonios entre parientes lejanos y dicta un edicto de tolerancia sobre el libre ejercicio de todos los cultos. Hacia el final de su reinado, intentó suprimir la servidumbre, pero se enfrentó a la aristocracia terrateniente.

Aux yeux de l’Europe entière, il incarne désormais ce que l’on a appelé plus tard « le despotisme éclairé », une expression que ni Voltaire ni aucun philosophe n’a utilisé puisqu’elle a été suscitée et répandue par des historiens au XIXe siglo…

Los espíritus brillantes contemporáneos de Federico II tienen una razón para aceptarlo todo del monarca: en el castillo de Sans-Souci, comparten su intimidad. Voltaire tiene su habitación cerca de la del soberano. La famosa «mesa redonda» de Sans-Souci ve desarrollarse largas conversaciones donde el rey se muestra como un conversador brillante. Voltaire evocó estas veladas: «Cenábamos en una pequeña sala cuyo adorno más singular era un cuadro cuyo diseño el rey había dado a Pesne, su pintor. Era una hermosa priapea. Las comidas no eran menos filosóficas. Un recién llegado que nos hubiera escuchado, al ver esta pintura, habría creído oír a los siete sabios de Grecia en un burdel. Nunca se habló en ningún lugar del mundo con tanta libertad sobre todas las supersticiones de los hombres y nunca fueron tratadas con más chistes y desprecio». Cabe añadir que si las conversaciones eran exclusivamente en francés, la cocina también era de inspiración francesa ya que Federico II tuvo durante mucho tiempo como principal chef al francés André Noël (1726-1801) cuyo padre era pastelero en Angulema.

Voltaire es el más conocido de estos distinguidos invitados, pero está lejos de haber sido el único. Diderot, admirador sin embargo de Catalina II de Rusia, la «Semíramis del Norte», aunque prefirió ir a San Petersburgo, pronunció sin embargo discursos ditirámbicos en honor del «rey filósofo». Se encuentran los mismos elogios bajo la pluma de Mirabeau, quien se encontraba en Berlín a la muerte de Federico II en 1786.

Federico habla mejor el francés que el alemán.

Federico II hombre de Cultura y Letras:

Su interés por la cultura, las artes y las ciencias se manifiesta durante todo su reinado. Federico se expresa principalmente en francés porque en esa época es el idioma de acceso a la cultura, se esfuerza por dar mucho peso a su reputación de príncipe filósofo, reconstruye la Academia de Berlín que se convierte en la Academia Real de Ciencias y Bellas Artes de la cual Maupertuis, un francés, se convierte en presidente.

Federico escribe numerosas obras, en 1740, el Anti-Maquiavelo y Consideraciones sobre el estado actual del cuerpo político de Europa, en 1746, la Historia de mi tiempo. En 1748, al final de las guerras de Silesia, publica los Principios generales de la guerra donde expone sus maniobras de envolvimiento, estudia y aplica el arte militar más que cualquier hombre de su tiempo. En 1752 es el turno del Testamento político, en 1780, De la literatura alemana y finalmente en 1781 el Ensayo sobre las formas de gobierno y sobre los deberes de los soberanos.

Pero es en 1760 cuando publica sus Odas y sus Epístolas.

Valioso y notable volumen impreso en papel fino de Holanda, el único registrado de esta edición se conserva en su elegante encuadernación real en marroquín limón con encaje de flor de lis de la época con interiores y guardas de papel fuerte sembrado de estrellas y puntos dorados.

De las bibliotecas Henri Béraldi (junio de 1934, n° 90) y Condesa de Behague.

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Auteur

[FREDERIC LE GRAND, ROI DE PRUSSE]

Éditeur

Potsdam, n.n., 1760.